Entrevista a Mikel Orrantia Diez en Ratiodeka: espacio para la experiencia. Conversar con Mikel es entrar en contacto directo con la historia, la pasión y la lucha por la libertad. En YouTube:

En el mes de abril de este año, como parte de las actividades de Ratiodeka visitamos a Mikel Orrantia en el País Vasco, donde reside, a unos kilómetros de Gernika. La historia del movimiento libertario durante la transición Española en Euskadi es parte sustancial de la historia del colectivo y la revista Askatasuna (libertad» en euskera), publicada en Euskadi en la década de 1970; de ideología anarco-comunista o comunista libertaria y con notable repercusión en este periodo. La revista Askatasuna estaba dirigida por Mikel Orrantia, uno de sus fundadores en el exilio antifranquista de Bruselas. Su experiencia en la revista, sus ideas y su vida como militante son expuestas en el libro de su autoría “Por una alternativa libertaria y global” (1978), y en «Los centros del poder. LA TRILATERAL» (1979), así como en los artículos publicados en la revista Askatasuna y otras revistas de los años 70 de Euskadi, España y otros paises de Europa. Conversar con Mikel es entrar en contacto directo con la historia, la pasión y la lucha por la libertad. Este Lunes 31 de julio a las 12:00h de Madrid, el periodista Edgar Ariel entrevistó a Mikel Orrantia Diez en Ratiodeka: espacio para la experiencia. Aquí podemos ver y oír la entrevista en YouTube:

SABER VIVIR ‘DESPACITO’: ELOGIO DE LA LENTITUD DESDE LA FILOSOFÍA. La ilusión de la velocidad

Ethic

SABER VIVIR ‘DESPACITO’: ELOGIO DE LA LENTITUD DESDE LA FILOSOFÍA

La ilusión de la velocidad es la creencia de que ahorra tiempo pero, en realidad, la prisa y la rapidez lo aceleran. En el mundo actual, la lentitud es tremendamente subversiva: necesitamos ir más despacio para poder vivir.

29 MAY 2019
Txetxu Ausín

Pasito a pasito, suave suavecito, poquito a poquito. Es un ritmo machacón que nos ha acompañado en los últimos tiempos y que ha causado furor en todo el mundo.

Quién le iba a decir a Luis Fonsi que con Despacito estaba declarando los principios de un enfoque filosófico para nuestra era, para un tiempo de velocidad y de prisa, para una modernidad velociferina ―en términos del pensador R. Koselleck-, como expone Faustino Oncina: «Cada vez gira más rápido el carrusel del futuro, del futuro presente, al que le es intrínseco una soteriología del ahora, cuyos coetáneos lo quieren todo y lo quieren ya. Ante este penoso ejemplo de autodenigración, ¿qué ocurriría si se redujera la velocidad y redescubriese ese precioso airbag, la lentitud?».

Vivimos corriendo, sumidos en la rapidez, la prisa y lo inmediato; el running es el epítome de nuestro tiempo. Corremos como pollos sin cabeza, viajando hacia ninguna parte, en una rueda sin fin como ratones de laboratorio. Deprisa, deprisa fue una polémica y premiada película de Carlos Saura que reflejaba con crudeza la vida sin destino de unos jóvenes delincuentes del extrarradio madrileño, acelerados, violentos, sin rumbo (¿como nuestro mundo?).

La lentitud es tremendamente subversiva: necesitamos ir más despacio para poder vivir

Se conoce como la Gran Aceleración al fenómeno de rápidas transformaciones socioeconómicas y biofísicas que se inició a partir de mediados del siglo XX como consecuencia del enorme desarrollo tecnológico y económico acontecido tras el final de la Segunda Guerra Mundial y que ha sumido al planeta Tierra en un nuevo estado de cambios drásticos inequívocamente atribuible a las actividades humanas, dando lugar a lo que se conoce como era de los humanos o Antropoceno, caracterizada por el enorme crecimiento del sistema económico-financiero mundial, el desarrollo tecnológico y la profunda crisis ecológica y biofísica.

Ante este panorama apresurado, acelerado, necesitamos parar, sosegarnos, reflexionar, determinar fines para la vida buena, tomar perspectiva. En este sentido, la lentitud es tremendamente subversiva. Necesitamos ir más despacio para poder vivir. Mirar, contemplar, recrearse, fijarse en el detalle, caminar y no correr, y hacer camino al andar, en palabras del maestro Antonio Machado.

La razón exige demora

Decía ya hace unos años Carl Honoré que vivir deprisa no es vivir, es sobrevivir, que estamos atrapados en la cultura de la prisa y de la falta de paciencia, en un estado constante de hiperestimulación e hiperactividad que nos resta capacidad de gozo, de disfrutar de la vida.

La prisa es llenarse la vida con actividades febriles que no dejan tiempo para afrontar lo esencial

Como ha explicado brillantemente la psicología, la razón exige demora mientras la prisa nos carga de sesgos y prejuicios. Y aunque nuestro modo de pensamiento rápido pueda resultar adaptativo en muchas circunstancias, la falta de reflexión y de sosiego nos aboca a la irracionalidad y a las malas decisiones. Esto es realmente peligroso en todo en lo que atañe a la determinación de los fines y a la organización de la vida en común. Sesgos como los de disponibilidad, polarización grupal, confirmación, género y raciales, provocan un efecto deformante sobre el juicio humano que conduce muchas veces a un miedo excesivo hacia acontecimientos improbables y, a la vez, una confianza infundada hacia situaciones que plantean un peligro genuino.

La prisa es llenarse la vida con actividades febriles, velocidad, de suerte que no queda tiempo para afrontar las verdaderas cuestiones, lo esencial. Sin embargo, la prisa en la que vivimos no responde casi nunca a que tengamos cosas importantes que hacer con urgencia, sino a los requerimientos de un modo de vida que trata de mantenernos distraídos y ocupados todo el tiempo.

La vida móvil y precaria

Por un lado, los teléfonos móviles y las redes sociales están diseñados para captar nuestra atención el mayor tiempo posible y con la mayor intensidad, a fin de mercantilizar y monetizar esta atención al máximo.

Jonathan Crary lo ha explicado con meridiana claridad: la vida sin pausa fomenta «una cultura vacía de autopromoción y autoabsorción, de una instantaneidad a demanda, de adquirir y tener manteniéndose aislado de la presencia física de otros y de cualquier sentido de la responsabilidad que esta pueda conllevar. El sistema 24/7 también mina la paciencia y la deferencia individuales que son cruciales para cualquier forma de democracia directa: la paciencia de escuchar a los otros y de esperar a que llegue el turno para hablar. El problema de esperar, de intervenir por turnos, está ligado a una incompatibilidad más amplia del capitalismo del 24/7 con cualquier práctica social en la que intervengan el compartir, la reciprocidad o la cooperación».

En su libro 24/7. El capitalismo al asalto del sueño, Crary describe el sueño como el enemigo del capitalismo turboacelerado de nuestra era del Antropoceno. Dormir es subversivo, nos libera de una pléyade de necesidades simuladas y su pasividad intrínseca ocasiona incalculables pérdidas en tiempo de producción, circulación y consumo: «La mayoría de las necesidades en apariencia irreductibles de la vida humana -hambre, sed, deseo sexual y, recientemente, amistad- se han reformulado como formas mercantilizadas o financiarizadas. El sueño plantea la idea de una necesidad humana y de una temporalidad que no pueden ser colonizadas y aprovechadas para alimentar el gran motor de la rentabilidad y, por lo tanto, sigue siendo una anomalía incongruente y un lugar de crisis en el presente global».

Por otro lado, como recordaba mi colega Rosana Triviño, la falta de seguridad y vínculos asociados a la esfera laboral, los turnos y los horarios intempestivos, la incertidumbre, el desajuste entre lo que se demanda que se haga, lo que se recibe a cambio y lo que se desea hacer, provocan una profunda quiebra y angustia vital.

Equivocarse está bien

Es imposible terminarlo todo en nuestras sociedades del rendimiento, da igual si nos proponemos mucho o poco. La impresión de no poder concluir nunca algo satisfactoriamente conduce a un remolino que nos hunde incesantemente. Nos falta tiempo; para todo lo que hacemos, utilizamos menos tiempo y sin embargo tenemos menos tiempo que la generación anterior. Cuanto más nos apresuramos, menos tiempo nos queda. Y el tiempo se convierte en un instrumento de dominación porque hay una insatisfacción constante por el tiempo (supuestamente) desperdiciado.

La impresión de no poder concluir nunca algo conduce a un remolino que nos hunde incesantemente

Esto es lo que pasa con la ciencia y la investigación, como señalaba Manuel Souto en un reciente artículo en The Conversation. La ciencia y la investigación necesitan tiempo para pensar, preguntar, estudiar, experimentar, probar, proponer. Hay que enlentecer los tiempos de la investigación. La ciencia necesita tiempo para indagar y tiempo también para fallar. El error posee un indudable valor epistémico y moral: reconocer los errores, corregirlos y repararlos es el fundamento para el cambio, la innovación y la transformación individual y social. Y es aquello que caracterizaría una racionalidad crítica y modesta (à la Popper), abierta a la pluralidad, la contingencia, el disenso y, en definitiva, al futuro.

El tiempo acelerado

Pero también es lo que pasa con las relaciones personales, que se han acelerado igualmente, primando el fast sex aunque ello lleve a un sentimiento de falta de intimidad y de conexión porque no es posible una fast-track intimacy. Los seres humanos necesitamos conexiones, deseamos intimidad pero las relaciones son complejas y precisan tiempo, trabajo, dedicación y cuidado. Apelar a la tecnología (como hacen algunos desde webs de citas y contactos) es una trampa y un engaño. Y más aún, la gente usa muchas veces sus smartphones para escapar de las demandas de intimidad. Si la primera cosa que usted toca por la mañana y la última por la noche es su teléfono móvil y no a su pareja, hay un problema sobre sus prioridades.

Las facilidades de las que disponemos hoy para comprar, movernos, trabajar, comunicarnos, son micro-liberaciones que constituyen, por otro lado, aceleraciones de un sistema que nos aprisiona más fuertemente. Aquello que parece liberarnos del tiempo y del espacio nos aliena en la velocidad y la prisa. La ilusión de la velocidad es la creencia de que ahorra tiempo. Pero en realidad, la prisa y la velocidad aceleran el tiempo, que pasa más rápidamente, acortando los días. Estar con prisa significa hacer varias cosas a la vez y rápidamente y el tiempo se llena hasta estallar, como en un cajón mal arreglado donde metes un montón de cosas sin orden ni concierto.

Así, que ya saben, caminen, no corran, miren, observen, escuchen, reflexionen, duerman, amen (aunque no sea fácil); la vida es corta como para perderla corriendo con prisa. Nos lo jugamos todo, la vida personal y el futuro del planeta.

Des-pa-ci-to.The Conversation
(*) Txetxu Ausín, Científico Titular, Instituto de Filosofía, Grupo de Ética Aplicada, Centro de Ciencias Humanas y Sociales (CCHS – CSIC).

Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.

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José Antonio Marina: para llegar feliz a viejo: «La edad, sin más, no enseña nada». Marian Benito, 29/07/2023

☝️ PSICOLOGÍA

El triple secreto de José Antonio Marina para llegar feliz a viejo: «La edad, sin más, no enseña nada»

Marian Benito
29/07/2023 13:00h.

https://www.uppers.es/salud-bienestar/terapia-y-psicologia/20230729/triple-secreto-jose-antonio-marina-felicidad-viejo-edad_18_010111310.html

José Antonio Marina, uno de los filósofos españoles actuales más reconocidos.

Conversamos con el filósofo y ensayista de 84 años, que acaba de recibir el premio Pensamiento Humanista

Dice que la edad, sin más, «no enseña nada», incluso puede causar «rigidez en las ideas, manías y escepticismo»
Nos habla de la estupidez humana, de nuestra errática búsqueda de la felicidad y de cómo lograr estar satisfechos con nuestra vida
José Antonio Marina (Toledo, 1939) es uno de los sabios de nuestro siglo. Un sabio a pie de calle generoso que, además de saber, lo cuenta. Es filósofo, pedagogo, ensayista, conferenciante… Y cultivador de plantas, algo de lo que se siente especialmente orgulloso: «Escritores de libros hay muchos; inventores de berzas, pocos». Sus lúcidas reflexiones han surgido de un vastísimo viaje por todas las ramas del saber y, aunque su curiosidad es insaciable, tenemos el convencimiento de que conoce como pocos los asuntos humanos.

La Fundación máshumano acaba de reconocer su contribución a la educación y la formación integral de las personas con el premio Pensamiento Humanista, galardón que ha aprovechado para reivindicar un humanismo de tercera generación que «reconcilie las ciencias y las letras», una nueva ciencia que él llamaría la de la evolución de las culturas. Para Uppers ha sido un magnífico pretexto para conversar con él.

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José Antonio Marina Fundación Más Humano

El filósofo acaba de ser galardonado por su aporte a la educación y a la formación integral de las personas.

FUNDACIÓN MÁSHUMANO

Una vacuna urgente contra la tontería

Cuenta que de niño se compró una lupa y empezó a buscar huellas y vestigios de no sabía qué, pero enseguida decidió investigar al ser humano y el afán se volvió casi adictivo. Publicó su primer libro, ‘Elogio y refutación del ingenio’, en 1992 y desde entonces no hay año que no nos sorprenda con uno o varios títulos nuevos y uno o varios premios y distinciones. Ha escrito sobre inteligencia, ética, sentimientos, lenguaje, educación, talento, belleza, sexualidad, convivencia, familia, mujer, creatividad… También sobre la estupidez humana.

Cree que debería existir una teoría científica sobre ella y una vacuna de urgente necesidad contra la tontería. Esta es, según dice, el mayor fracaso de la inteligencia: «no ser capaz de ajustarse a la realidad ni de solucionar los problemas afectivos o sociales o políticos, emprender metas disparatadas, amargarse la vida o despeñarse por la crueldad».

Uno de sus logros ha sido impulsar una movilización educativa, unir el talento de miles de personas e involucrar a una buena parte de la sociedad en la tarea de mejorar la educación. Frente a esa «rueda infernal de las excusas», en las que el padre culpa a la escuela, la escuela al padre, todos a la televisión, la televisión al espectador y todos al gobierno, Marina apela a la responsabilidad de los ciudadanos.

El uso de la inteligencia varía con la edad

La capacidad de aprender de un senior es menor que la de un joven, pero si aprende a manejar su memoria los resultados pueden ser equiparables

Si algo nos preocupa en Uppers, es el talento a medida que vamos cumpliendo años. ¿Lo mejoramos o se deteriora naturalmente como tantas otras cosas? «Talento -responde- es el buen uso de la de la inteligencia. Consiste en elegir bien las metas y manejar la información, gestionar las emociones y activar las funciones ejecutivas necesarias para conseguirlas. La inteligencia cambia a lo largo de la vida y, por lo tanto, también su buen uso. Hay por ello un talento infantil, un talento adolescente (al que dediqué un libro), un talento adulto, y un talento senior». Nos lo detalla con un ejemplo: «La capacidad de aprender de un senior es menor que la de un joven, su inteligencia es menos rápida, pero si aprende a manejar su memoria los resultados finales pueden ser equiparables».

El diablo por viejo que por sabio

La edad, sin más, no enseña nada. Si así fuera, todos los octogenarios serían sabios, cosa que no es cierta
A pesar de lo popular que es el proverbio, Marina no cree que la sabiduría nos la echan los años. «Me parece un vestigio de un momento histórico muy lejano, cuando el saber de una cultura estaba guardado en la memoria de los ancianos. En este momento no es real. La edad, sin más, no enseña nada. Si así fuera, todos los octogenarios serían sabios, cosa que no es cierta. La edad puede causar rigidez en las ideas, o manías, o escepticismo. Por eso me ha interesado estudiar el talento senior».

José Antonio Marina

Le encantaría encontrar la vacuna que nos inmunice contra los trastornos mentales.

Sus palabras nos llevan a otra curiosidad: ¿qué nos lleva a pensar que ya no necesitamos aprender más? «En la escuela -explica- adquirimos una perversa idea de aprender. Lo identificamos con estudiar y como estudiar puede ser una obligación desagradable extendemos esta idea al aprendizaje, que es, sin embargo, una de las experiencias cumbres de la humanidad. He dado clase a personas muy mayores, y es sorprendente la pasión por aprender que pueden desarrollar. Este placer es el que hay que recuperar».

Estamos educando generaciones desmemoriadas

No obstante, y aunque el diablo no sepa más por viejo, sostiene que las generaciones mayores de 50 son las que aún tienen una idea amplia de cultura. «Recuerdan el camino que hemos recorrido para llegar donde estamos. En este momento vivimos una exaltación de la innovación, del cambio, de la creatividad, como si todo esto saliera de la nada. Estamos educando generaciones desmemoriadas, que menosprecian la historia, y esto produce una superficialidad peligrosa. El auge de los populismos y de los sistemas iliberales son fruto de esa superficialidad».

Los mayores nos recuerdan el camino recorrido. Vivimos una exaltación de la innovación, del cambio, de la creatividad, como si todo esto saliera de la nada

Inmunidad contra los trastornos mentales

Su labor como pedagogo y profesor le ha permitido desarrollar un pensamiento profundo sobre las poblaciones más jóvenes y el aumento de la depresión clínica, algo que ya empezó a preverse hace veinte años. «Vivimos en una sociedad que está resultando patógena para la gente joven, bajo la apariencia de que la está mimando mucho. Estamos deteriorando el sistema inmunológico mental y social de los niños y los adolescentes, lo que los hace más vulnerables».

No está dispuesto a dejarlo pasar y revela que trabaja en lo que él llama «vacuna contra los problemas mentales. Será un modo de aumentar su capacidad de protección y respuesta». Asegura que no es el primero ni el único. «Donald Meichenbaum ya elaboró una vacuna contra el estrés y Martin Seligman otra contra la depresión».

¿Qué está ocurriendo? ¿Las sociedades anteriores nos preparaban mejor frente a la adversidad? «La educación de mi generación -dice- se basaba en dos pilares: el sentido del deber y la obediencia a la norma, la disciplina. Esto producía una cierta dureza, una capacidad de esfuerzo. Sin embargo, carecíamos de los otros dos pilares: la conciencia de los derechos y la valoración de la libertad». Lo idea, en su opinión, sería un ajuste y tiene confianza en que acertemos en fortalecer los cuatro pilares. «Por ahora no lo estamos haciendo bien».

Identificar la felicidad antes de que sea tarde

La felicidad es pasarlo bien, mantener relaciones afectivas satisfactorias y ampliar nuestras posibilidades de acción

En su último libro, ‘El deseo interminable’, habla de cómo nos perdemos en la búsqueda de la felicidad como una experiencia subjetiva, en una sucesión de deseos dejando siempre algo por cumplir. Aunque no es amigo de soluciones fáciles, nos define la felicidad de una manera simple y muy práctica.

«Sería la armoniosa satisfacción de nuestras tres grandes necesidades: pasarlo bien, mantener relaciones afectivas satisfactorias, y ampliar nuestras posibilidades de acción». Y antes de que caigamos en la cuenta del tiempo perdido, nos invita a repetir una vieja letanía, usándola, si se prefiere, laicamente: «Dame, Señor, fuerza para soportar lo que no puedo cambiar; valentía para cambiar lo que puede ser cambiado; y sabiduría para distinguir una cosa de la otra».

EL EXTREMISMO EN LAS FUERZAS ARMADAS. Vox ya ha triunfado en los cuarteles: un estudio acredita la expansión de la extrema derecha en el Ejército español

EL EXTREMISMO EN LAS FUERZAS ARMADAS

Vox ya ha triunfado en los cuarteles: un estudio acredita la expansión de la extrema derecha en el Ejército

Un análisis de las respuestas de 140.000 encuestados entre 2018 y 2021 muestra que el apoyo al partido de Abascal es cinco veces mayor entre los militares que entre los civiles

El profesor de la Universidad de Southampton Stuart Turnbull-Dugarte alerta de la creciente legitimación de ideas autoritarias en un entorno tan importante para la continuidad democrática

El rey Felipe VI frente a militares participantes en un desfile del Día de la Fiesta Nacional, en Madrid. Europa Press

Ángel Munárriz
29 de julio de 2023 18:30h
@angel_munarriz

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«En sociología política no estamos acostumbrados a ver brechas de este tamaño», afirma, sin disimular cierta perplejidad, Stuart Turnbull-Dugarte, profesor de Ciencia Política de la Universidad de Southampton. ¿A qué se refiere? Turnbull-Dugarte y sus colegas José Rama y Francisco Villamil se propusieron estudiar hasta qué punto los militares son más proclives a las ideas de extrema derecha que el resto de la población. Su hipótesis era coincidente con lo que indica el sentido común: este ideario cala más entre los soldados. Pero había que pasar del análisis teórico a la comprobación empírica.
Sorprendentemente, señalan los autores, era algo que no se había abordado a fondo en el campo académico, ni en España ni en el resto de Europa, a pesar de la función crucial del ejército en la sociedad, el acceso a armas de sus miembros y las ideas autoritarias de la extrema derecha. Los tres investigadores eligieron España para el estudio. Y lo hicieron analizando las respuestas a encuestas de más de 140.000 personas entre 2018 y 2021.

El resultado es lo que lleva a la perplejidad a Stuart-Turnbull.

La «laguna» que existía antes del estudio se rellena ahora con datos contundentes. Si el 4,5% de los no militares declaran voto a Vox, entre los militares el porcentaje sube hasta un 23%. Más de cinco veces más. Las diferencias también son enormes cuando se miran las inclinaciones según la autoubicación ideológica. Entre los civiles que se ven a sí mismos «centristas», sólo un 2,9% votan a Vox. En el mismo caso, entre los militares, un 12,6%. Tiene especial interés observar qué pasa entre la población de derechas, es decir, en una autoubicación ideológica a partir de 7, siendo 1 extrema izquierda y 10 extrema derecha: ¿Apoyo al partido de Santiago Abascal en la franja 7-10? No militares: 19,5%. Militares: 49,3%.

«Cuando trabajamos con preferencias electorales, no solemos encontrar diferencias de este tipo. Por ejemplo, con diferencias entre trabajadores manuales y otro tipo de profesionales. No, no suelen verse», incide Stuart-Turnbull, que ya había investigado antes junto a Rama Caamaño las claves de la irrupción de Vox, concluyendo que las fundamentales eran el hartazgo con la política y el nacionalismo exacerbado, sobre todo a raíz del procés.

Campo de valores comunes

No está claro si en esta afinidad es antes el huevo o la gallina. Es decir, si es más determinante que: 1) dentro de la población que elige la vida militar hay mayor abundancia que en el conjunto de la sociedad de inclinados a la extrema derecha, o 2) que la socialización que se establece en los cuarteles empuja en esa dirección. En realidad, se da una mezcla de ambos fenómenos, aderezados por el amplio margen de coincidencia entre ideas de extrema derecha y cultura militar tradicional, con un campo de valores comunes delimitado por el autoritarismo, la exaltación de la masculinidad, la visión patrimonialista del Estado, el rechazo de las minorías consideradas antipatriotas, la sacralidad de la unidad nacional… «Los miembros de las fuerzas armadas son más propensos a apoyar a los partidos de extrema derecha debido a la afinidad entre la cultura militar y las principales características de la extrema derecha», resumen los autores.

Stuart-Turnbull considera que el fenómeno se ha amplificado y agravado por la irrupción de Vox. Se trata, al fin y al cabo, de un partido que ha sublimado el discurso de orden, jerarquía, patria, familia, tradición y religión históricamente hegemónico en la institución militar. ¿Es que no existían antes de Vox este tipo de inclinaciones a la extrema derecha entre los militares? «Sí, pero las preferencias quedaban satisfechas con el PP. Al llegar Vox, presenta una oferta política concreta, específica, que satisface plenamente sus demandas», explica el profesor, que recalca la gravedad democrática de un efecto añadido: «En el Ejército siempre ha habido elementos con preferencias ultras. Lo que ocurre es que cuando hay un partido que las representa de ese modo, son más fáciles de percibir como legítimas. Por ejemplo, es más probable que ahora alguien que tiene puntos de vista positivos sobre la dictadura los revele y los comparta, y más probable desarrollar y compartir la idea de que hay alternativas a la democracia que pueden ser interesantes, según esta visión». El investigador cree que las simpatías por las ideas de extrema derecha tienen ya un importante arraigo en el estamento militar, que no será fácil de revertir incluso si Vox sufre electoralmente. El partido de Abascal, tras su decepción del 23J, puede consolarse con la pletórica imagen de su penetración en los cuarteles.

Riesgos democráticos

El trabajo no entra a detallar los riesgos democráticos de la expansión de ideas de extrema derecha en los cuarteles españoles. Lo que sí hacen los autores es recordar que el fenómeno ya muestra efectos concretos en otros países. El estudio funciona como recordatorio de una idea sencilla: conviene estar alerta.

En 2020 Alemania llegó a disolver una unidad de las fuerzas especiales por sus vínculos con la extrema derecha. El alemán es un caso en el que lo que casi todo el mundo intuye, que en los ejércitos abunda el pensamiento exaltado y ultranacionalista, se exterioriza de forma extrema, incluso con conexiones formales entre uniformados y grupos civiles radicales. En Austria causa polémica el activismo extremista de las organizaciones de veteranos. Y en Francia un grupo de militares ha publicado una carta en una revista denunciando lo que consideraban concesiones al islamismo por parte del Gobierno de Emmanuel Macron y advirtiendo del riesgo de una «guerra racial». La fecha de publicación de la carta era simbólica, en el 60º aniversario del golpe de Argel, un golpe de Estado fallido de generales retirados del ejército en 1961.

Imagen: Santiago Abascal e Iván Espinosa de los Monteros, en el desfile militar del Día de la Hispanidad de 2022.

El chat de la XIX del Aire y las incógnitas que plantea
El artículo de Turnbull-Dugarte, Rama y Francisco Villamil, que se publicará en la revista The journal of politics, cita el caso español del chat de militares retirados, desvelado por infoLibre, en el que antiguos altos mandos del Ejército compartían comentarios a favor de fusilamientos y golpes de Estado, evidenciando una línea de pensamiento de extrema derecha autoritaria. Este periódico hizo público un mensaje memorable compartido en aquel chat: «No queda más remedio que empezar a fusilar a 26 millones de hijos de puta».

La gran pregunta, claro, es hasta qué punto las ideas expresadas en ese chat tienen calado en los cuarteles hoy. No es fácil saberlo. Para hacer públicas sus ideas más radicales, los militares esperan a estar retirados, para evitar consecuencias. Más de 270 mandos retirados firmaron un manifiesto en 2020 alertando del “grave riesgo para la unidad de España y el orden constitucional” que suponía el Gobierno. Impulsaba el manifiesto la Fundación Francisco Franco. Nada menos que un tercio de los firmantes del texto contra el Gobierno habían apoyado antes otro manifiesto a favor del dictador.

Un ideario arraigado

El estudio de los tres investigadores alimenta la sospecha de que, camino de las cinco décadas de democracia, en el Ejército aún mantiene fuerte arraigo el ideario autoritario. Tiene lógica que no sea fácil de neutralizar. Lleva siglos ahí. En el ensayo Por el bien de la patria. Guerras y ejércitos en la construcción de España (Pasado y Presente, 2019), donde el historiador Carlos Arenas narra siglos de evolución de las las fuerzas armadas, se encuentran y siguen las hondas raíces del pensamiento ultranacionalista y excluyente en el Ejército, que históricamente se ha autopercibido como una «unidad autónoma», llamada a extirpar «cuerpo social infectado» de «ideas antiespañolas». El soldado se ve a menudo a sí mismo, siguiendo a Arenas, como un «salvador de la patria», llamado a socorrerla en momentos de dificultad, tradicionalmente vinculados a emergencias comunistas o separatistas y a crisis económicas. Durante casi dos siglos, estas ideas fueron fundamentales para la interrupción de procesos que amenazaban la rígida jerarquía social: 1843, 1854, 1868, 1923, 1936… Lo intentaron de nuevo, ya sin éxito, en 1981.

Visto en perspectiva, el sometimiento de de las fuerzas armadas al control democrático es quizás el principal logro de la transición democrática, cuando los líderes del cambio político se encontraron una clase militar en la que aún sobresalía en importancia el ideario de la corriente africanista –Franco, Sanjurjo, Cabanellas, Queipo, Mola–, para quienes la institución militar era depositaria de la «única portavocía de la nación, de la patria, del honor». Aunque desde la óptica democrática se observe con admiración a la Unión Militar Democrática, lo cierto es que en los albores de la democracia su sensibilidad era minoritaria. Datos en mano, es razonable pensar que el acervo democrático sigue encontrando fuertes resistencias.

Más voto a Vox cerca de los cuarteles

Además de constatar el mayor apoyo a la extrema derecha entre los militares, los tres investigadores comprueban, con datos de abril y noviembre de 2019, que en las secciones del censo electoral que albergan instalaciones militares hay mayores niveles de apoyo electoral a la extrema derecha. ¿En datos? El apoyo a Vox fue de 3,5 a 4 puntos porcentuales superior que en el resto. Dado que la media del nivel de apoyo total a Vox es de alrededor del 10%, esto significa un aumento del 40% cuando hay cuarteles cerca.

Ojo, esto no ocurre sólo porque los militares que allí votan lo hagan más a Vox. Los autores concluyen que existe un efecto de «difusión», vinculado a la presencia militar y su simbología. Si a la presencia militar se suma una renta alta en el barrio, el apoyo al partido de extrema derecha sube aún más.

Defensa pide a la Fiscalía que investigue el chat de ‘la XIX del Aire’.

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Gonzalo Velasco. Filósofo, investigador y autor de ‘Pensar la Polarización’

22 JUL. 2023. Daniel Galvalizi. Periodista. Nariz- Gara

Gonzalo Velasco, filósofo e investigador, alerta de la «pornografía moral» a la que apela la derecha en busca de la excitación en base a una política emocional y «reactiva, con menos reflexión». Estamos «más polarizados» de lo que creemos y vivir en «burbujas epistémicas» no ayuda al debate público.

Imagen: Gonzalo Velasco, autor de ‘Pensar la Polarización’. (Gedisa)

Mientras se prepara para partir unos meses a una estancia postdoctoral en la Sheffield University, Gonzalo Velasco Arias da entrevistas sobre su libro ‘Pensar la Polarización’ (Ed. Gedisa, 2023), en un momento político muy pertinente: el Estado español tendrá dos jornadas electorales clave con menos de dos meses de diferencia y en las que ya hubo (y quizás haya) notables cambio en el mapa político.

El también profesor de la UC3 de Madrid y doctor en Filosofía advierte que en esta fase histórica «todo el debate público se estructura como un patio de colegio» y que la derecha radical está haciendo «uso intencionado» de la polarización política, ante la pérdida de relevancia de algunos de sus posicionamientos históricos. «Ante eso, lo que pasa es la guerra cultural», señala en entrevista a 7K.

El concepto ‘polarización’ se usa mucho en los medios y se lo escucha a académicos. ¿De qué hablamos cuando hablamos de polarización?

La primera idea, mas intuitiva, es que permite entender el concepto como radicalización o extremismo, pero en realidad tiene que ver con la dinámica interactiva. Te puedes radicalizar por sí mismo de manera solitaria pero la polarización requiere de un otro. Uno se polariza cuando después de esa interacción intersubjetiva acaba con ideas más fuertes, más convencidas. La polarización se da cuando en el momento que encuentras las definiciones del otro te reafirmas, en vez de buscar un punto en común. Es un fenómeno singular que merece atención porque implica que la discusión pública no lleva a lugares de encuentro o nuevos sino lo que hace es reafirmar lo propio y hace que sea inútil el debate o solo útil en términos de radicalización.

Un subtítulo del libro dice «Polarizado lo estarás tú», ejemplificando que muchos no se ven en este proceso. Pero usted dice que haciéndose preguntas se descubre que sí. ¿Estamos más polarizados de lo que creemos?

Creo que estamos más polarizados de lo que nos creemos, efectivamente sí. Por distintos motivos siempre hay una percepción de que el otro ideológico está mas radicalizado y creemos que sus ideas son fijas. El objetivismo en política y moral no es una actitud adecuada porque los principios morales están sujetos a opinión. Y pensamos eso del otro pero nosotros quizás estamos mucho en esa situación.

Son burbujas epistémicas, fenómenos catalizados por las redes sociales, en los cuales nos quedamos encerrados en redes de opinión en los que compartimos las mismas ideas, pensamos que nuestro acceso a la opinión publica es más o menos representativo cuando en realidad no.

Estas dinámicas grupales siempre han pasado, hay un discurso liberal que dice que los individuos tenemos que ser autónomos y tenemos que pensar por uno mismo. Y eso nunca pasa, pensamos en grupo y tenemos instancias de mediación. Ahora todo el espacio público se estructura como un patio de colegio.

En el libro dice que «la discusión pública se ha degradado hasta el punto de minar las condiciones de posibilidad de nuestras democracias». Es fuerte. ¿Por qué?

Sí, esta idea es una llamada de atención porque la democracia tiene condiciones de posibilidad. no alcanza con tener derechos y garantías y un sistema de elecciones. Para que haya un orden democrático hace falta una transparencia comunicativa, como dice Habermas, en las conversaciones de bar y salón, que se tienen que trasladar luego a la sociedad civil elaborado en un discurso. Decir que mi jefe es un cabrón se traslada luego a la existencia en un sindicato, por ejemplo.

La opinión generalizada es que esto cada vez pasa menos y que esa esfera interior, el mundo de la vida cotidiana, está cada vez más cooptada y manipulada por la esfera de la política mediática. En lugar de ejercerse ese movimiento de abajo hacia arriba, la política mediática interviene de tal manera en la conversación del bar que acabamos siendo casi títeres repitiendo lo que dijo Ayuso.

Los estudios evidencian que las élites están más polarizadas. Por ejemplo un estudio sobre el aborto en EE.UU. Muestra que los portavoces tienen posiciones más ultras que sus grupos y eso acaba en alineamientos más extremos y menos representativos. Hay una representación teatral en la política, donde se juegan roles, y la ciudadanía acaba asumiendo roles en al escena, y restando autonomía a las demandas y necesidades de la ciudadanía.

«Hay un discurso liberal que dice que los individuos tenemos que ser autónomos y tenemos que pensar por uno mismo. Y eso nunca pasa, pensamos en grupo y tenemos instancias de mediación»

En la sociedad del Estado español, ¿los efectos polarizantes vienen de arriba hacia abajo o de abajo hacia arriba?

Creo que de arriba hacia abajo claramente. La sociedad española tiene una dificultad extra por su diversidad de ejes que se entrecruzan con el eje territorial. Las élites ponen en circulación una especie de mega-identidades que proponen asociaciones de ideologías y percepciones que no están necesariamente vinculadas unas con las otras. Uno podría compartir una posición o política de la otra mega-identidad sin que sea incompatible, pero ahora se están esclerotizando las mega-identidades creo yo por las apuestas transversales.

En 2015-2016 se erosionaron las mega-identidades, parecía que se podían reconstituir las identidades políticas y tenía mucho que ver con la crisis de la socialdemocracia. Con la crisis económica surge la posibilidad de apostar por una cierta regeneración política no asociada con las identidades previas, que se manifestó con el primer Podemos. No tendría que hacer falta identificarse con una identidad de izquierda para defender un valor feminista o ecologista pero acaba ocurriendo que sí, se terminan teniendo que comprar enteros los paquetes ideológicos.

¿Hay sectores que exacerban la polarización de manera intencionada?

La está usando ahora de manera intencionada claramente la nueva derecha radical y en esto el PP queda totalmente asimilado. La derecha ahora mismo se ve en una coyuntura global que sus políticas económicas se ven totalmente inútiles. El discurso de eficacia en la gestión ha quedado claramente desmentido en España, la inoperancia de un parlamento plural con múltiples alianzas ha quedado desmentida, a la derecha le queda muy poco discurso.

¿Entonces qué pasa? Pasa la guerra cultural. Y se tienen que legitimar posiciones que antes eran consideradas intolerantes y que está bien que lo sean. El problema es cuando las élites se convierten en relativistas y posmodernas y dicen que esas posturas son igualmente válidas, achacan la polarización al adversario para tratar de legitimar un consenso nuevo, desplazando el eje a la derecha, y para llegar al equilibrio fuerza al otro a moverse. La derecha por tanto usa esta polarización para generar un desplazamiento. Es la forma que han encontrado para ganar elecciones, aunque a veces creo que es una huida hacia adelante no siempre calculada.

¿En qué lo podemos percibir?

Ahora cierta idea de tolerancia, derechos fundamentales y cierta redistribución son valores considerados ideológicos y por tanto extremos. Ese movimiento está haciendo una modificación de percepciones, funciona a nivel electoral, y se están movilizando valores morales reactivos, como la indignación o la rabia.

«Ahora cierta idea de tolerancia o derechos fundamentales es considerada ideológica, extrema. Y se están movilizando valores reactivos, como la indignación o la rabia»

Lo que se está haciendo ahora es una especie de pornografía moral, como lo llaman algunos, porque genera gratificación inmediata. Por ejemplo lo que pasó con Bildu en la campaña [en España], buscó generar una gratificación en el espectador, en el mirón, la gratificación de indignación rápida, intuitiva, que no hay que pensársela. El sujeto que se indigna se considera digno moralmente y lo gratifica y eso genera una cierta adicción. Hay una especie de adicción a esto, la derecha se está volviendo adicta a generar esto que da réditos electorales rápidos en lugar de procesos que requerirían ideas más elaboradas y más tiempo.

Lo que hace la derecha ahora es activar nuestros instintos morales reactivos, reaccionar ante una reforma fiscal por ejemplo como si viéramos un asesinato, rabia ante cosas que requerirían cierto debate y reflexión. Es una colonización de nuestro cuerpo porque no podemos evitar a veces reaccionar.

En el libro habla de que se impone un cierto «tribalismo moral»…

El tribalismo moral tiene que ver con considerarte en una posición de verdad absoluta. Una cuestión importante es que el peligro no es tanto la afectividad o que las emociones políticas estén en juego, porque creo que las emociones forman parte de nuestra cognición y no hay que negarlo. Pero el problema es la moralización, mas allá del giro afectivo en el espacio público, porque acabamos moralizando cualquier esfera de acción política, toda propuesta, y la moral tiene una serie de afectos e instintos asociados entonces el problema es que se moraliza todo.

En este contexto que todo está moralizado, consideramos que nuestra posición es objetivamente correcta y que por tanto la posición del otro en tanto es moralmente intolerable, inaceptable. Se invalida al otro de primeras. Pasa ahora mucho con esto del «sanchismo»: cualquier medida política está invalidada por una especie de contacto con el pecado original. Esta actitud también la puede haber en la izquierda pero se da más con el resentimiento, una posición que tiene que ver con la posición de víctima, que Podemos ensalza mucho.

¿Dentro del Estado hay diferencias en torno a esto? ¿Es la misma polarización la de Madrid que la de Catalunya o Euskal Herria?

Creo que se da menos en la periferia. Pero lo que está polarizado fundamentalmente es el debate nacional. El debate autonómico está diluido, más evidente en Madrid. Hay una percepción naturalizada que parece que es neutra y no lo es, que España es un país homogéneo, es uno de esos errores de la transición que no revisó esto. Hicieron una Constitución plural sin acompañamiento cultural, no cambió los imaginarios. Que todavía se recurra a ETA lo que hace es reavivar esa percepción centralista y genera más polarización. Tiene que ver con “los traidores de la patria”, utilizan esos recursos.

«La polarización se da menos en la periferia. Que todavía se recurra a ETA reaviva esa percepción centralista»

Hay gente cuya primera politización se dio con el ‘No a la guerra’ y el Prestige, y otra generación lo hizo en los ‘90, con el «aznarismo». Esa generación busca movilizar estas referencias permanentes a ETA, además puede ser para desmovilizar a un electorado socialdemócrata moderado que tiene memoria traumática en esto.

Al respecto, quiero decir que Bildu ejerce un papel histórico que no es reconocido porque se están comportando con mucha responsabilidad, apoyando medidas sociales, y ejercen un papel de transición. En España hay mentalidad revanchista, hablan de un ‘se venció a ETA’, con mentalidad punitivista, pero Bildu ejerce un rol de transición para que haya todo un sector que vea la conveniencia de participar en el juego democrático y hay que tener cierta paciencia con este proceso.

¿El crecimiento de Vox es producto de la polarización?

Tendríamos que ver respecto a qué otro se está polarizando Vox, que seguramente sería el «sanchismo». Vox tiene una clave cultural potente, una psique subyacente española de la idea centralista del Estado, todo ese trabajo que quedó sin deconstruir en la transición lo están potenciando y exprimiendo bien. También tiene el atractivo del outsider, los «auténticos» que dicen la verdad sin inhibición, similar a la alt-right americana, contra lo políticamente correcto, contra un consenso democrático liberal que ha costado mucho construir y que ven producto de una élite burguesa y progre.

En la medida en la que Sánchez y los partidos a su izquierda están identificados con eso que deslegitiman, se explica su crecimiento. Vox es diferente al lepenismo en ese sentido, que crece porque se identifica con la precariedad. Vox no logra esto, es un voto reactivo, con negación absoluta de vínculos de solidaridad. Pero creo que tiene un tope, difícilmente siga aumentando, se ha demostrado que en algunos territorios no han logrado arraigar.

La tendencia de alinearse a paquetes ideológicos disuade a los políticos de apelar a un electorado transversal, dice en el libro. ¿Es la estrategia de la derecha radical?

Sí. Esto va a seguir profundizándose. Cuando desaparecen las mediaciones a las que nos solíamos fiar, como los medios de comunicación en su función clásica y los partidos, que ya no se fían de ellos, empiezas a fiarte de diferentes cosas para los cuales no hay una prevención, como grupos individuales o redes sociales. Ahora somos mas vulnerables a estas dinámicas agregadas, grupales, para los que no tenemos tanta capacidades de prevención.

«Casi el 65% de los votantes de Ayuso dicen que es fundamental defender la sanidad inmediata, es flipante y se aprovechan de eso»

El nuevo debate público genera más riesgo, tenemos menos elementos para juzgar si estamos en una burbuja. Y con esto ganan quienes no quieren vigilancia ni control ni rendición de cuenta, gana quien quiere ocultar un desmantelamiento de ciertos triunfos democráticos y sociales, sobre los cuales preguntados individualmente todos los ciudadanos están orgullosos y contentos y sin embargo están dejando pasar su destrucción.

Casi el 65% de los votantes de Ayuso dicen que es fundamental defender la sanidad publica. Es flipante. Vox y Ayuso se aprovechan de esto, juegan con el sentido común, de la verdad intuitiva, la que se ve, el sentido común y ya.


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Entrevista a Mikel-Tar Orrantia, por Edgar Ariel: RATIODEKA le está invitando a una reunión de Zoom programada. 31 jul 2023 a 12:00 a.m. Ver datos contacto:

RATIODEKA le está invitando a una reunión de Zoom programada.

Tema: Entrevista a Mikel Orrantia, por Edgar Ariel

Hora: 31 jul 2023 12:00 a. m. Madrid

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PRESENTACIÓN:

En el mes de abril de este año, como parte de las actividades de Ratiodeka visitamos a Mikel Orrantia en el País Vasco, donde reside, a unos kilómetros de Gernika.   La historia del movimiento libertario durante la transición Española en Euskadi casi se podría resumir en la historia del colectivo y la revista Askatasuna (libertad» en euskera) publicada en Euskadi en la década de 1970, de ideología anarquista y con notable repercusión en este periodo. La revista Askatasuna estaba dirigida por Mikel Orrantia. Su experiencia en la revista, sus ideas y su vida como militante son expuestas en el libro de su autoría “Por una alternativa libertaria y global”.  Conversar con Mikel es entrar en contacto directo con la historia, la pasión y la lucha por la libertad.  Este Lunes 31 de julio a las 12:00h de Madrid, te invitamos a participar en una entrevista realizada por Edgar Ariel a Mikel Orrantia en Ratiodeka: espacio para la experiencia.
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Por qué la UE necesita a Vox | ctxt.es

https://ctxt.es/es/20230701/Firmas/43572/Andy-Robinson-ultranacionalismo-union-europea-democracia.htm

De lectura reflexión y debate recomendable. Algo confuso en parte ¿por la traducción?, pero, en mi opinión, de mucho interés estratégico:

«Por qué la UE necesita a Vox»

En una fase de crisis del modelo económico, el ultranacionalismo europeo ha servido para desviar la protesta ciudadana y ha facilitado el proyecto, esencialmente neoliberal, de la Comisión

(NOTA: No olvidemos que las decisiones estrategicas en la UE, se toman en el Consejo de Ministros, formado por los gobernantes de cada Estado miembro)

Andy Robinson Liverpool , 22/07/2023

Leer artículo completo …/…

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DIARIO ITINERANTE

Por qué la UE necesita a Vox

En una fase de crisis del modelo económico, el ultranacionalismo europeo ha servido para desviar la protesta ciudadana y ha facilitado el proyecto, esencialmente neoliberal, de la Comisión

Andy Robinson Liverpool , 22/07/2023

Unión Europea. / Malagón

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En medio de la crispada campaña electoral española, hay cosas que pocos disputan: por ejemplo, que la UE es la antítesis de la extrema derecha nacionalista. O que el Brexit fue uno de los primeros indicios del auge del populismo de derecha nacionalista.

Un ejemplo se dio en un vídeo que circuló con el mensaje “ruego máxima difusión” hace unos días, en el que la directora de El País explicó el origen del auge de partidos como Vox con una referencia al Brexit : “Empezó hace mucho tiempo con mentiras cotidianas sobre Europa y los europeos …”.

Pero puede que la realidad sobre la relación entre la UE y la derecha nacionalista sea justo la contraria. En una fase de crisis del modelo neoliberal, provocada por el rescate al sistema financiero global y la adopción en Europa de draconianas políticas de austeridad, el ultranacionalismo europeo ha servido para desviar la protesta ciudadana y ha facilitado el proyecto, esencialmente neoliberal, de la UE.

El Brexit, en cambio, ha creado una oportunidad para adoptar políticas de transformación económica y social en el Reino Unido, aunque está por ver si el próximo gobierno laborista está dispuesto a aprovecharla.

Europa y su proyecto ultranacionalista ha facilitado el proyecto esencialmente neoliberal

Es lo que se plantea en un nuevo libro titulado Taking control, de un grupo de académicos de instituciones importantes de la Universidad de Londres, como el University College y la London School of Economics (LSE). Todos son defensores de las posibilidades creadas por el Brexit para adoptar políticas alternativas con un firme mandato democrático.

“El populismo de la derecha dura prefiere una guerra cultural antes que cuestionar a la UE y sus tratados que encapsulan lo que se podría calificar como políticas neoliberales: libertad de movimiento del capital, de bienes y de mano de obra”, dijo Peter Ramsey, experto en derecho de la LSE, en una entrevista mantenida después de la presentación del libro en el Ateneo de Liverpool a principios de este mes. “Se quejan de la UE –‘¡No lo vamos a aceptar! ¡Jamás!’–, insisten, pero a la hora de la verdad, aceptan la decisión de los tecnócratas”. 

Tal vez el anterior consenso neoliberal y tecnocrático en Europa era preferible para la UE. Pero el arreglo actual es perfectamente aceptable para su proyecto, ya que cumple con el objetivo primordial de la unión: avanzar en la liberalización económica, según los intereses de poderosas corporaciones multinacionales. Si, para salvar este cada vez más cuestionado proyecto neoliberal, es necesario convertir la política nacional en un espacio de guerras culturales, abigarrado de banderas, que así sea. 

Ramsey y sus coautores retratan a una derecha extremista y populista que sirve como coartada para el proyecto económico de la UE de trasladar la soberanía desde los parlamentos nacionales a Bruselas y Frankfurt. Consciente de que no se puede seguir el camino del populismo británico del Brexit y salir de la UE ni de la zona euro, la derecha nacionalista europea, liderada por figuras como Giorgia Meloni, la primera ministra italiana, centra sus ataques en las llamadas guerras culturales, una política superficial de identidad en áreas como género, feminismo y derechos de minorías étnicas. “Por muy nacionalistas que quieran parecer, bien sea en Madrid o bien sea en Budapest, no pueden actuar en defensa de las prioridades nacionales económicas porque eso está terminantemente prohibido por la UE”, dice Ramsey.

“Hablan de la nación y de cómo ha sido atacada por los globalistas, pero no están dispuestos a construir un programa que defienda la soberanía nacional y, por tanto, acaban señalando a los inmigrantes y minorías como blancos; la guerra cultural es un sustituto de una reivindicación de verdadera soberanía nacional”, dice Ramsey. 

Pronto, se puede llegar a la culminación paradójica de este proceso, dice Ramsey: “Todas las instituciones europeas pueden caer en manos de la derecha populista nacional”. 

Un proyecto europeo liderado por el ultranacionalismo de los países miembros no es tan contradictorio como puede parecer, prosigue: “La UE no pretende ser un superestado; lo que ha hecho es trasladar el lugar en el cual los gobiernos nacionales toman las decisiones desde los parlamentos, donde deben responder a los votantes, a reuniones a puerta cerrada de los consejos de ministros”. La nueva convivencia entre el europeísmo y el nacionalismo ultraconservador se pone de manifiesto en la alianza del centroderecha y la extrema derecha en países como España

En este sentido, “es solo un mecanismo para que los poderes en los Estados miembros puedan pasar por alto los procesos democráticos; si las cosas van mal, es fácil echar la culpa a Europa cuando en realidad ellos mismos tomaron las decisiones en el consejo de ministros en salas a puerta cerrada”. 

La falsa representación del Brexit, como un ejemplo del auge de la extrema derecha, que se cuele en el debate político en países como España es otro mecanismo para desviar la crítica a la UE por su papel en el auge de la derecha extrema nacionalista, explican los autores de Taking Control

El pacto entre el centroderecha y la extrema derecha está generando una suerte de versión proeuropea de las ideas de la ultraderecha basada en una supuesta civilización europea amenazada”, explica Hans Kundnani de Chatham House en Londres.

La salida del Reino Unido de la UE ha creado un ambiente favorable para las fuerzas políticas que están dispuestas a aprovechar la oportunidad para recuperar la soberanía popular en áreas sociales y económicas. Esto crea más oportunidades para un partido interesado en profundizar la democracia y en romper con el ya cuestionado orden neoliberal que en romper con la extrema derecha. “En estos momentos, ni los conservadores ni los laboristas quieren aprovechar el momento, pero existe la oportunidad”, dijo Ramsey.

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Andy Robinson

Es corresponsal volante de ‘La Vanguardia’ y colaborador de Ctxt desde su fundación. Además, pertenece al Consejo Editorial de este medio. Su último libro es ‘Oro, petróleo y aguacates: Las nuevas venas abiertas de América Latina’ (Arpa 2020)

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Anarquistas de Ucrania en la URSS revolucionaria. Nestor Makhno, y los makhnovistas, frente a nacionalistas y bolcheviques (1917-1922). Antología de escritos

Antología de escritos. Nestor Makhno

febrero 2022. Guardado en: ANARQUISMO MEMORIA HISTÓRICA REVOLUCIÓN REVOLUCIÓN RUSA UCRANIA

https://www.todoporhacer.org/antologia-nestor-makhno/?s=03

Editorial: Descontrol. Barcelona, 2014. 104 páginas

Esta pequeña pero valiosa obra editada por Descontrol desde Barcelona, recopila varios textos del revolucionario ucraniano Nestor Mahkno entre los años 1925 y 1932, desde su exilio en París. Tras su huida en agosto de 1921 malherido por los bolcheviques, fue auxiliado por los grupos anarquistas parisinos. Obligado a permanecer en esa ciudad arrastraba una existencia muy dura, sin poder adaptarse al idioma y sufriendo terriblemente la evolución de sus heridas. Sin embargo, eso no le impidió continuar escribiendo textos en periódicos anarquistas y redactando diversas cartas en las que trataba distintas temáticas políticas e ideológicas.

Néstor Makhno

A través de esta antología podemos acercarnos a cuestiones de la organización del movimiento revolucionario anarquista, el recuerdo del levantamiento de los marinos de Kronstadt contra el poder autoritario bolchevique que impedía los soviets autónomos de trabajadores. Críticas a Lenin y el leninismo como régimen político que enterraba la esencia revolucionaria del pueblo ruso para destruir un pasado de desigualdad. En dos cartas dirigidas a Errico Malatesta proyecta su idea sobre la disciplina revolucionaria y la responsabilidad colectiva; viéndose el reflejo de dos generaciones distintas de anarquistas, puesto que el libertario italiano ya estaba anciano en el ocaso de su vida. Destaca una carta a los anarquistas españoles el mismo mes que se proclamaba la Segunda República española, recomendándoles pasar a la ofensiva revolucionaria antes de repetirse esquemas que ya vivió en la Rusia soviética.

«La libertad de los campesinos y de los obreros les pertenece y no puede ni debe sufrir restricción alguna. Corresponde a los propios campesinos y obreros actuar, organizarse, entenderse en todos los dominios de la vida, siguiendo sus ideas y deseos […] los makhnovistas solo pueden ayudarlos dándoles consejos u opiniones, pero no pueden ni quieren, en ningún caso, gobernarlos«.

El material sobre Néstor Makhno es bastante amplio y se puede encontrar en la web:

NestorMakhno.info,

que contiene numerosos textos y archivos.

Merece la pena conocer la intensa vida de un revolucionario que junto a un grupo organizado de campesinos, lograron fundar un territorio libre en Ucrania donde el proletariado se organizaba bajo sus propias decisiones directas en lucha contra nacionalistas, zaristas y bolcheviques.
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[Antología] Escritos libertarios. George Brassens
Último Número

JUNIO 2023
Un comentario en «[Ensayo] Antología de escritos. Nestor Makhno»
Pingback: Territorio libre de Makhnovia, cuando la utopía anarquista en Ucrania se hizo realidad – Todo Por Hacer


https://www.todoporhacer.org/antologia-nestor-makhno/?s=08

«El secreto de Barba Azul» – Wenceslao Fernández Flórez. Wikipedia

https://es.m.wikipedia.org/wiki/El_secreto_de_Barba_Azul

El secreto de Barba Azul

libro de Wenceslao Fernández Flórez

Este artículo o sección necesita referencias que aparezcan en una publicación acreditada.

El secreto de Barba Azul es una novela satírica escrita por el autor español Wenceslao Fernández Flórez y publicada el 1923.[1]​ En ella se aborda la búsqueda del sentido de la vida de Mauricio Dosart, su protagonista. La acción se desarrolla en Surlandia -un país imaginario-, donde Mauricio intentará encontrar los ideales y principios que justifiquen su existencia. Recurrrirá para ello a la ayuda de Michaelis, quien representa a la tradición, a Wladimiro Kull (el escepticismo) y al poeta Vega (el convencionalismo).

Tras buscar respuesta a sus inquietudes en el servicio a la patria, en el amor y en la paternidad, Mauricio llega a la madurez para descubrir que «había abierto la puerta, traspasado el umbral… y el misterioso cuarto de Barba Azul, estaba vacío…». Se hace así referencia al personaje del cuento de Charles PerraultBarba Azul, quien poseía un cuarto cerrado que despertaba una fatal curiosidad en quienes quería saber lo que en él se guardaba. Finalmente, lo que impulsa al hombre no es muy diferente al instinto que dirige a todos los animales.

El secreto de Barba Azul fue editado posteriormente junto con las novelas Las siete columnas y Relato inmoral en 1940, en la obra llamada «Las novelas del espino en flor». Con ellas comparte un sentimiento escéptico y crítico hacia la sociedad, aunque con una influencia nihilista y existencialista más evidente. Así, el protagonista llega a una conclusión:

«Amigo mío, voy a confiarte una gran verdad, la única gran verdad. Óyela: Dios no sabe que existimos. (…) en uno de esos mundos, perdido en el espacio sin principio ni fin, hemos aparecido nosotros como una contingencia, como una microscópica e inapreciable contingencia. Como aparecen en un queso los gusanos. Es posible que el gusano crea que el que fabricó el queso lo creó a el y le asignó un destino, y lo vigila preocupadamente. Pero nosotros sabemos que no es así. Sería muy agradable sin duda alguna, tener una misión. Esto realzaría nuestra importancia, y, sobre todo, nos libraría del aburrimiento.» Ante esta situación, Dosart ve al suicidio colectivo y universal como único medio de que los dioses se enterasen al fin de la existencia humana.

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